Dr.
Norbert-Bertrand Barbe
Debemos,
como nos lo propone Hundertwasser, urgentemente hoy enfrentarnos a las fallas
de la ideología funcionalista.
1.
Del planteamiento menos es más, que no
impidió la desigualdad habitacional, sino que encareció los materiales
primarios, es decir, más básicos, volviéndolos un fin constructivo y estético
en sí.
2. Afeó
la ciudad, con la desmultiplicación de locales comerciales, construidos sin
fines estéticos, de puro zinc, como vemos comparando, nada más, los grandes
almacenes del siglo XIX con los hipermercados de hoy.
3. Redujo,
en Nicaragua, la ventilación de los techos altos de la casa tradicional
promoviendo la construcción de estructuras a nivel de la altura humana, pues,
no había necesidad de techos altos, si no se iba a ser segundos pisos.
4. Redujo
la resistencia de las casas mediante la implementación de materiales ligeros,
es decir, más baratos, y menos resistentes, como lo vemos con los repetidos
estragos en los Estados Unidos en particular a cada tormenta o inundación.
5. Perdió
la decoración pensada y sensata de los conjuntos arquitectónicos que
embellecían la ciudad, a provecho de su compensación, burda, bruta e
irrespetuosa, por si sólo fuera eso, de las normas de combinación de los
colores, que son los graffiti, imponiéndolos como arte de la ciudad.
6. Provocó,
junto con la vanguardia, la imagen simplificada y objetualizada de lo urbano,
como vemos, por ejemplo, con las esculturas públicas, en particular pensamos a
la cuchara del Minneapolis Sculpture Garden, o a las esculturas urbanas del
París de finales del siglo XX, por ejemplo de Niki de Saint Phalle. Versus, por
ejemplo, las esculturas del Bernini en Roma.
7. Provoca
y promueve el hacinamiento, dentro de los buses, en particular en Nicaragua, o,
en este mismo país, en las llamadas casas del pueblo (tanto entre ellas como
con el resto del tejido urbano).
8. Implementa
un gusto mercantilizado de y por todo, en el que tenemos que perder paisajes
naturales (en Managua la vista impoluta del volcán Momotombo alzándose
majestuoso sobre el lago) a provecho de rótulos de todos tipos y por cualquier
cosa, hasta la más absurda y estúpida, tanto política como comercial. De New
York y Las Vegas a Nicaragua.
9.
Implica la incomodidad general, ideando,
arbitrariamente, de la nada, hombres y mujeres troncos, sin brazos ni piernas,
obligados a subirse en sus buses sin espacios para estos miembros,
aparentemente, tan inpropios para la organización funcional del espacio
colectivo, como en los baños, donde apenas se puede uno sentar, o sus cuartos
de hoteles que casi no dejan espacio para dar la vuelta a la cama, de ahí que,
evidentemente, ni hablar del lugar de los discapacitados en la ciudad.